Realmente nunca podríamos alcanzar nuestros propios objetivos sin confiar en la acción del Espíritu Santo, ni aunque utilizaramos los métodos más técnicos de evangelización y formación, sin la fuerza del Espíritu Santo, en vano sería todo el esfuerzo, en vano sería el tiempo,el camino recorrido. El anuncio misionero no tendría el valor buscado, y no lograriamos despertar nuestro conciente compromiso bautismal.

 Es por eso que en nuestro trabajo parroquial no podemos dejar a un lado la instrucción del Kerigma, en retiros o talleres de evangelización fundamental. “Efectivamente, el anuncio no adquiere toda su dimensión mas que cuando es escuchado, aceptado, asimilado y cuando hace nacer en quien lo ha recibido una adhesión de corazón”. Por eso este paso se vuelve en una piedra fundamental de nuestro trabajo. Con esto se da un paso grande para entrar en la vida de nuestras 26 comunidades católicas formadas pastoralmente y en la vida de las otras 5 comunidades en proceso de formación, a las cuales se llega no sólo con la celebración liturgica de la Santa Misa, si no tambien con el seguimiento y cuidado de su vida espiritual y sus necesidades sociales, valorando la dignidad de la vida de cada uno de sus habitantes, el cuidado de las comunidades es un proceso muy minusioso un cuidado como Jesús lo eneseño.

 Cada día estamos profundizando en la doctrina cristiana con enseñanza progresiva y sistemática a traves de la catequesis inicial. “La catequesis es un proceso de formación en la fe, la esperanza y la caridad que informa la mente y toca el corazón, llevando a la persona a abrazar a Cristo de un modo pleno y completo”

 Esto nos lleva a tener una vivencia plena y participativa en la vida sacramental que encuentra en las comunidades y los ministerios agentes activos con los cuales podemos promover ministros laicos debidamente formados para impulsar el servicio evangelizador en todos los sectores del Pueblo de Dios”.

Todo este trabajo es cargado y acompañado por los miembros del equipo pastoral, un equipo formado por los representantes de las comunidades, ministerios y movimientos, junto al párroco a la cabeza de todo, impulsando,animando, coordinando todo, y superando una pastoral de mantenimiento, de no ser parroquia estación de servicios religiosos, transformada en Parroquia misionera que sale a la calle a servir.